Confinamiento, ansiedad, rutina... y desesperación.

¡Hola a todos!  Os dejo este post, y justo debajo de estas letras os dejo el vídeo en el que podéis escuchar el contenido de dicho post sin necesidad de leerlo.

Este post es bastante personal, pero durante este período de confinamiento  he tenido días de verdadera desesperación.  Imagino que en mayor o menor medida, os puede haber pasado algo parecido.

                                                                  Jaula de Oro



Mi suerte es trabajar, salir de casa de 8 a 3, y estar con distintas personas, ver caras con ese aire misterioso que dan las mascarillas, oír sus voces, ver al ese compañero tan guapo y tener la suerte de que se pare a hablar contigo y te alegre la vista...  La que esté libre de pecado, que tire la primera  piedra 😜.  Y oye, que es lo más normal del mundo.  ¿A quien no le ha "escaneado" alguna vez un compañero de trabajo?  Nada, que ahora ya somos iguales.  También está genial cambiar opiniones con los demás, y sobre todo, poder ayudar a la gente que está enferma para aliviar sus dolencias, que te hace sentir más útil por el papel que desempeñamos ahora en este estado de alarma.

Como todos los años, mi "Agenda del Opositor"

El problema es estar en casa.  Mi rutina es, tras el trabajo, descansar, estudiar, hacer ejercicio, ducharme y cenar.  No es nada fácil ser disciplinada, y sobre todo sin esos abrazos y mimos que te llenan de endorfinas el camino para que duela menos al pisar.  Hay días que tras llegar del trabajo, me quedo en el sofá y no hago nada de nada porque no tengo ganas; unas veces es porque la mañana ha sido dura, y otra porque tengo tanto desánimo que no puedo hacer nada.


                                                        Teléfono, mi casa, sed buenos...

Estuve 15 días aislada. La primera semana me subía por las paredes, no tanto por la jodienda del confinamiento en sí, sino porque el hecho de tener fiebre bastante alta me limitaba a ver series, tragar tele, y mierdas varias, ya que no podía leer ni cualquier otra cosa que requiriera el uso de mi capacidad intelectual por la fiebre. Un confinamiento por partida doble, "pa entendernos". Algidol, termómetro, sofá, cama, y personas adorables que todos los días me escribían o me llamaban por teléfono.  Y los gatos, que siempre te quieren, estés gorda, estés delgada, vayas peinada, despeinada... les da igual, son puro amor                  
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Macareno y yo en verano

Tenemos la suerte de contar con la tecnología que tanto facilita mantener el contacto y podernos decir las cosas y tener más acceso a la cultura, a nuestras aficiones... pero por otro lado es también escenario de gente de mierda que crea bulos, malmete, etc.,  y como no, una horda de gilipollas, imbéciles y garrulos que les dan crédito y hacen más grande la mentira porque su intelecto no les da para buscar otra fuente, asegurarse de lo que comparten es cierto, etc.  Lo han leído en internet, o se lo han enviado por whatsapp y eso es suficiente para darlo por verdadero.

                                                             

¡¡Maldita primavera!!

Toda la solidaridad que ha surgido con todo este tema del Coronavirus, me resulta conmovedora y me hace reconciliarme con la sociedad en la que vivimos, en la que no es que tenga mucha fe.  Pero a la vez me recuerda que hay personas en otros países en las que no pensamos ahora ni nunca porque nos pillas lejos y no salen todos los días en las noticias, la situación de las mujeres en el tercer mucho, el clasismo, el machismo incrementándose en países latinos, niños pobres cosiendo, familias pobres vendiendo niñas...  Como dijo aquel "El hombre es un lobo para el hombre".  

                                     Tú fíate... y verás.

  

                           

¿Qué va a pasar ahora con todos esos países en los que la sanidad no es como la nuestra?   Países en los que la sanidad apenas existe, o solo tienen acceso los ricos.  Y es que nunca pensamos en ellos, salvo aquellos que tienen allí la mano de obra barata y los niños esclavosde sus empresas.  A ver lo que hacen ahora.



 Yo "he flipao" mucho con lo que sucedió al principio con la escasez/ausencia de material.  Imagino que habrán tenido que cambiar cosas y eso ha tardado un tiempo, aparte de que cualquier empresa que funcione tiene unos recursos (materiales, de personal, etc) adaptados a las ventas estimadas, cosa de primero de economía, y eso ha sucedido en muchos sitios y a la vez.  Hay que entender que tanto a Sanidad como a la empresas les ha "pillao el carrito del helao".  Pero bueno, cualquier excusa es buena para meterse con el contrario.  Lo triste han sido las consecuencias que ha tenido.

Me junto con toda clase de delincuentes, unos comen de frío y otros de caliente.

Roban todos los días dos coches, uno por la mañana,  y otro, por la noche.

También flipé cuando oí hablar mal de la sanidad española a dirigentes de países cuyos ciudadanos, durante sus vacaciones en España bien que han utilizado (y siguen) nuestros servicios sanitarios, hasta tal punto que se hizo necesario poner  unas medidas de control que muchas veces resultan imposibles de aplicar si no portan documentación encima y se inventan los datos.  También no sé si recordaréis, aquella época en la que venían buscando tratamientos que en su país no les daban, disfrutaban de ellos y luego su gobierno no compensaba al nuestro.  Seguro que los jubilados que trasladaron su residencia a nuestro país no piensan lo mismo que los gobernantes de sus países de origen.


                                      Todo nos parece una mierda, menos lo nuestro.

Por otro lado está el tema de la infrafinanciación de la Sanidad de la Comunidad Valenciana, que tiene carácter hereditario gobierne quien gobierne, y de la que no se habla, imagino que porque es el momento de estar unidos, actuar todos a una y no el de sacar los platos sucios.  Pero espero de corazón que esto deje de ser así de una puta vez, sin muchas esperanzas.


                   Todos los días son como el domingo, todos los días son silenciosos y grises

Pues nada, por hoy ya me he desahogado lo suficiente, aunque todavía se me quedan cosas en el tintero.



                                                                                                                           ¡Hasta la próxima!
                                                                                                                       #apuntesdeunaopositora